lunes, 15 de diciembre de 2008

Fisiología de la Ansiedad...



Como vimos en el articulo anterior, la ansiedad es una respuesta natural, que se desata de manera AUTOMATICA en nuestro organismo, con el objetivo de protegernos de algo que es percibido como un peligro.

¿Pero...como funciona?

Nuestro sistema nervioso posee dos circuitos diferentes: El sistema nervioso simpático (SNS) y el Sistema Nervioso Parasimpático (SNP).  Mientras el primero es el responsable de activar nuestro cuerpo y prepararlo para la acción-huida, el sistema parasimpático es el encargado de restaurar el estado normal.
El SNS funciona a TODO O NADA, por lo tanto cuando se activa nunca lo hace por determinada zona en el cuerpo, sino que activa absolutamente todos sus circuitos. Las glandulas suprarrenales (ubicadas sobre los riñones) liberan en la sangre las hormonas ADRENALINA Y NORADRENALINA. Estas incrementan el ritmo cardiaco y realizan cambios fisiológicos que luego analizaremos paso a paso. Es por ello que la ansiedad tiene una variedad muy heterogénea de síntomas: temblores en extremidades, visión de puntitos luminosos, taquicardia, mareos, nauseas, sensación de irrealidad, sudoracion fría, etc.
Este proceso de activación dura un tiempo, inclusive cuando haya pasado la situación percibida como peligrosa. Por eso, tal vez luego de una situación así, podemos sentirnos agresivos o demasiado enérgicos. Es el resultado de la adrenalina y noradrenalina que aún circulan en nuestra sangre.
¿Como se detiene esto? 
Básicamente tiene dos vías de extinción; a) estas hormonas serán destruidas por otros agentes químicos de nuestro organismo (este proceso lleva cierto tiempo), o b) cuando hayan llegado a niveles importantes, se activará el Sistema Nervioso Parasimpático que tiene el efecto opuesto a lo previamente ocurrido: vuelve el cuerpo al estado de relajación.
Es decir: los efectos de la ansiedad no pueden prolongarse demasiado tiempo sin control. Necesariamente nuestro cuerpo en algún momento iniciará la espiral descendente en la activación de los síntomas, restableciendo luego el estado de normalidad fisiológica.
Seguramente luego de esto, nos encontraremos agotados, pero jamás puede ocurrir que un ataque de ansiedad nos produzca algún daño orgánico irreparable. 

(Continuará...)